Vram Holding S.A., una pequeña empresa que funciona en un centro empresarial de Cota, Cundinamarca, Colombia, ha despertado el interés de la justicia de Estados Unidos. Según una investigación del diario El Tiempo, la empresa tiene nexos con Alex Saab, testaferro de Nicolás Maduro.
Y en la mira de la DEA está Adriana Martínez Rodríguez, una espigada bogotana, de 47 años de edad, dueña de la compañía. Al parecer, ejecuta negocios que van desde actividades en mercados financieros y construcción de casas hasta comercialización de carne de pollo, cerdo y res.
Según la investigación, la firma bogotana aparece en empresas y negocios Alex Saab, preso en Cabo Verde desde el 12 de junio pasado. Además, que registra movimientos bancarios desde Venezuela y desde el Medio Oriente, ligados a Saab y a su entorno.
Adriana Martínez saltó por primera vez a este ruedo en 2011, cuando el régimen venezolano le abrió las puertas al Fondo Global de Construcciones SAS. Es la firma con la que Saab construyó las casas subsidiadas por las que hoy es procesado y pedido en extradición por Estados Unidos.
Desde que Saab constituyó el Fondo Global, piedra angular del blanqueo, la bogotana aparece en los papeles. De hecho, en 2014, cuando Saab montó la fábrica de casas en Venezuela ya estaba bajo la lupa de la DEA.
Martínez no vio inconveniente en cambiarle el nombre a la empresa (por Expel Management SAS). Tramitó un permiso en el Ministerio de Transporte de Colombia, para el movimiento de carga pesada.
El Tiempo investigó y estableció que el mismo año en el que Saab creó el Fondo Global de Construcciones (con 500 millones de patrimonio), Adriana Martínez constituyó Vram Holding S.A.
Giros y contratos
En la contabilidad de Vram Holding hay dos grandes negocios que llaman la atención. Uno de ellos es con Suministros Venezolanos Industriales CA (Suvinca). Es una empresa estatal ligada al Ministerio de Comercio del régimen de Maduro.
El otro son algunos giros y transacciones que ha recibido la firma de la bogotana a una de las cinco cuentas bancarias que tiene abiertas, provienen de la firma Good Central Hong Kong Limited.
Cuando Saab y su socio Pulido ya estaban en la mira de la DEA, la empresaria suscribió un contrato con Suvinca. Era por 20 millones de dólares, para el suministro de material usado en la construcción de un polideportivo ubicado en el estado de Vargas.
Para sellar el contrato, amplió el objeto de su empresa, le inyectó capital y le extendió un poder al venezolano Adrián Antonio Perdomo. Este persona, en 2019, fue sancionado por el Departamento del Tesoro, como gerente de la Compañía General de Minería de Venezuela (Minerven).
Pero el rastro más fresco que la liga con Alex Saab y su entorno data de enero. La firma Vram Holding fue sometida a control por parte de la Superintendencia de Sociedades.
El Tiempo buscó a Adriana Martínez y esta hizo saber que tanto Vram Holding como Expel Management han realizado todas sus actuaciones de manera trasparente y legal.
Sin embargo, admitió que la Superintendencia inició una investigación en contra de las empresas, por sospecha de soborno. Las alarmas las prendió el giro a Panamá y la construcción del estadio.
Pero Martínez dice que, tras dos años, se concluyó que sus operaciones se ciñen a la ley.
“A partir de la relación que sostuve con Álvaro Pulido, han pretendido censurar los negocios de las empresas, situación injusta porque no las pueden censurar por el simple hecho de que se hayan ejecutado con Venezuela”, señaló.
Y, tras desmarcarse del tema del oro, agregó que está certificado que cumplió con los servicios y productos contratados.
En todo caso, agentes de la DEA le dijeron a El Tiempo que “la bogotana Adriana Martínez es persona de alto interés dentro del caso Saab y Pulido”. Y confirmaron que aparece en el organigrama de Saab, con cuatro colombianos más.
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