El 29 de septiembre el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IIES) de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) presentó los resultados de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) levantada entre febrero y marzo de 2021, donde, según los datos revelados, pese a que la pobreza en Venezuela se mantiene en «niveles máximos posibles de 94,5%», el 78% de los hogares consultados tiene un teléfono inteligente con acceso a internet y los especialistas destacaron que muchas familias hicieron el esfuerzo de adquirir uno de estos equipos para cumplir con las asignaciones de la educación a distancia debido a la COVID-19.
Y aunque el gobierno promovió las clases desde la televisión, solo el 3% de los consultados las escuchó.La profesora Anitza Freitez, doctora en Demografía, coordinadora del Proyecto Encovi y directora del IIES UCAB, explicó las consecuencias del cierre de las instituciones educativas debido a la pandemia por COVID-19, y cómo esto ha causado estragos en la cobertura educativa de todos los niveles.
Al calificar los datos de «alarmantes», subrayó que entre el período 2019-2020 y el año 2021, la cobertura educativa global (para las edades comprendidas entre 3 y 24 años) cayó 5 puntos porcentuales al pasar de 70% a 65% y comparado con 2014 (cobertura de 73%) la caída es de 8 puntos porcentuales.
“Se ha reducido el acceso a la educación inicial, con las implicaciones que eso tiene para la formación elemental de los niños en esas edades. Los estamos excluyendo de reducir el apresto inicial que todo joven necesita. Registramos niveles de exclusión importantes desde 2017. Además, apenas el 17% de la población de 18 a 24 años todavía permanece dentro del sistema educativo. Hemos visto con la nueva edición de ENCOVI que hay una importante movilidad desde la educación privada a la educación pública, imposible de atender por las instituciones estatales. Como consecuencia, hay un número importante de jóvenes que han quedado en un limbo, porque no tienen posibilidades de estudiar y tampoco tienen oportunidades para incorporarse en el mercado de trabajo con un empleo de calidad”.
Por tanto, Encovi indagó las modalidades de aprendizaje entre la población inscrita en preescolar, primaria o educación media, lo cual arrojó los siguientes resultados:
– Solo 35% utilizó plataformas de aprendizaje o videos para la enseñanza en línea, debido a que la mayoría de docentes y estudiantes no dispone de dispositivos y conectividad a internet.
– Apenas entre 3% y 2% se apoyó en las clases por TV y radio.
Sin embargo, la especialista subrayó que, pese a la existencia de un nivel elevado de pobreza, en la mayoría de los hogares consultados, los padres o representantes hicieron «el esfuerzo» para poder adquirir un teléfono inteligente con acceso a internet y así atender las asignaciones educativas a distancia.
Mientras que solo el 24% de los hogares consultados tienen computadora y el 8% tienen una tablet.
¿A dónde llegó Encovi?
La Encovi se hace desde 2014 y desde la sexta edición, la 2019-2020, es responsabilidad exclusiva de la UCAB. Freitez destacó durante la presentación de los resultados que este séptimo estudio es muy relevante y no solo por los hallazgos, sino por el esfuerzo técnico y humano que supuso enfrentar la recolección de la data en medio de una pandemia y la crisis de combustible.
Precisó la especialista que el equipo Encovi desplegó más de 200 personas entre encuestadores, supervisores y coordinadores quienes, cumpliendo todos los protocolos de bioseguridad, visitaron alrededor de 17 mil hogares y realizaron cerca de 14 mil entrevistas.
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